martes, 19 de julio de 2011

¡Me encantan las mascletás!

Hola, cuando estaba yendo a la mascletá, estaba tan nervioso, que no paraba de dolerme la barriga de los nervios. Cuando llegué había tanta gente que mi primo me tuvo que llevar al centro de la plaza, para que pudiera ver bien.
En Valencia se dice que en las mascletás hay que abrir la boca para que no te exploten los tímpanos. En la mascletá estuve todavía más nervioso todavía hasta que empezó; entonces me tranquilicé y disfruté tanto que me quedé con muchísimas ganas de ir a otra. 



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